Relatos de dominacion

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Pasamos el poco tiempo que nos queda de viaje sin hablar y ella se retoca como puede para aparentar normalidad en ese nuevo lugar al que la llevaba. Pronto veo la casa y tomo el camino de la derecha para llegar a ella. Es un gran terreno con una gran piscina, una gran casa y, en fin, con un gran de todo. Entramos y al parar el coche la miro y veo, por primera vez, su cara de perplejidad ante un sitio tan desconocido. Me mira y empieza a abrir la boca para, supongo, preguntar.

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Sin decir nada, se levanta recuperando el aliento y relatos de dominacion dirije a donde le he indicado. Estiro mi brazo y empiezo a dar suaves y lentas caricias bajo su ombligo. Subo y bajo mi cabeza a la vez que la saco e introduzco en mi boca con intensidad, manteniendo el ritmo.

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Hoy no era lo que Es domingo por la tarde y estamos tumbados en la cama. Es importante tener siempre una lista de ideas o castigos Entras en el dormitorio, esperanzado. Empieza con El montajeOoh, me gusta. Estaba en la cama mirando los listados de dominatrix.

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Siento sus manos apretarse con fuerza en mis caderas y yo aumento el ritmo. Miro la pantalla y solo veo sangre y tripas, todo muy asqueroso. Pongo mis brazos tras su espalda y la traigo sus tetas contra mi cara. Me acerco y lo arropo, y antes de dejar el cuarto le doy un ligero beso en los labios. Straight to your inbox. Le doy un beso y me levanto de la cama. Mis brazos tiemblan y el sudor se acumula en mi frente. Lo oigo escupir y al instante noto su saliva en mi ano. El ha aumentado el ritmo gradualmente y ahora va a una velocidad imparable. Es un trayecto de unos tres cuartos de hora y no puedo evitar jugar.

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Poco a poco, empiezo a sentir como el bulto de su entrepierna crece, a la vez que la temperatura de nuestros cuerpos. Los pelos cubren su pecho y se estrechan en un fino sendero cruzando su barriga, pasando por su ombligo y llegando a su pelvis. Es el momento. Intento no hacer mucho ruido mientras lo meto y saco lentamente, aunque no puedo evitar soltar gemidos apenas audibles. Me mira para buscar ayuda y yo se la brindo. Pongo mis brazos tras su espalda y la traigo sus tetas contra mi cara. Aumento el ritmo y las pulsaciones se aceleran, estoy muy cachonda. Coloca su brazo derecho apoyado en el hueco de su ventanilla y se relaja en el asiento. Yo sigo sus pasos y me recuesto en su antebrazo. Me agarro ambas tetas por encima del vestido y el sujetador. Me siento en la cama y retiro cuidadosamente la fina tela de su bronceado cuerpo. Ponte de rodillas. Dejo el contacto con esa zona de la piel y llevo mi mano a su barriga, lentamente subiendo por su torso y haciendo erizar su piel bajo mi mano. Chupo una y otra vez hasta dejarla limpia e impecable. Hago lo que me ordena, como siempre.